viernes, 8 de enero de 2010

Dos años


Amiga,

Se me pasó el día de ayer sin apuntar aquí que este blog nuestro está cumpliendo dos años. Acabo de leer la entrada que subí el 7 de enero del año pasado y me quedé sorprendida —y algo preocupada— porque han pasado doce meses en un suspiro y no he cumplido con ninguna de las cosas que me propuse.

Quería tener escrita mi novela para septiembre y la pobre sigue dando un paso para adelante y dos pasos para atrás. No es que no esté escribiendo, es que mientras más avanzo menos me convence el tono en el que estoy tratando de contar esa historia. Hoy encontré una solución que tal vez funcione, pero falta ver si soy capaz de escribir todo lo que ahora tengo por delante, cuando pensé que ya faltaba menos. Así que he rodado para junio mi esperanza de terminar al menos una primera versión. En todo caso, espero poder llevármela bajo el brazo para corregirla cuando me toque viajar a Venezuela.

Quería conseguir un trabajo y no ha sido posible, por más que he enviado por lo menos seis solicitudes a distintos tipos de trabajos, temporales y no temporales. El lado bueno es que volví a abrir contacto con quien fue mi segunda tutora en el King´s College y me ofreció una especie de cargo honorario en mi antigua casa de estudios, como investigadora invitada. Así que este año sigo sin trabajo, pero tengo lo que llamamos en el ramo una “afiliación académica” …algo es algo.

Quería inscribirme para estudiar en la universidad y no pude. Porque si no tienes tres años seguidos viviendo aquí tienes que pagar como extranjero y eso es —simplemente— impagable. Pero me saqué el clavo con los cursos de extensión que tomé, sólo por el gusto de hacer algo distinto a quedarme aquí encerrada mirando cómo el mundo pasa allá afuera olvidado de mí. Este año voy a hacer el curso para enseñar español y tomé otro curso sobre Oscar Wilde. Ya veremos si sufro menos esta vez.

También quería perder unos kilos y creo que , muy por el contrario, he ganado un par más, ¡horror! Pero hablemos de cosas menos tristes.

Creo que el balance del año no cerró nada mal, porque me gané el Premio Ramos Sucre y —si todo sale bien— veré mi tercer libro publicado este año. Cruzo los dedos para que este libro traiga otros, de ficción esta vez. Por suerte, he seguido escribiendo cuentos y tengo la fantasía de armar una colección y mandarla a alguna editorial que acepte mi modesta proposición y me publique pronto.

De resto, creo que no voy a hacer listas de propósitos para este año, porque me queda por cumplir todo lo que quise hacer el año pasado y no pude.

De todos modos, estoy contenta. Este blog y mi blog de cuentos siguen en pie y con bastante material —a pesar de las repeticiones— como para seguirte incordiando por un buen rato más. Espero que me sigas acompañando en esta empresa.

Te mando un abrazo enorme en el mes de nuestros cumpleaños!

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